lunes, 11 de mayo de 2015

Una fotógrafa ciega... ¡Así como lo lees!

Tras una larga lucha contra el glaucoma, Sonia Soberats perdió la visión de su ojo derecho y seis meses después el izquierdo. Habiendo perdido perdido ambos hijos frente al cáncer en años anteriores, la fotografía, aun sin poder ver, se convirtió en una forma de terapia y vía de escape en los infortunios de su vida.
Su acercamiento a la fotografía es muy particular. En vez de capturar momentos o situaciones de la vida que requerirían, claro esta, una visión aguda y rápida,se basa en los fisiogramas, el arte de pintar con luz. Planificando la escena en su cabeza, dispara su cámara y procede a pintar toda la escena, a veces con la ayuda de modelos, otras sencillamente valiéndose de una pared y una habitación muy oscura.
Sorprendentemente todas las imágenes tienen coherencia y sus objetos y personas, dibujadas a mano alzada, son increíblemente detalladas y reconocibles. Algunas de sus fotografías apelan a unos detalles más surrealistas, combinando mascaras y antifaces, probablemente centrándose en aquello que ya no tiene con ella.
Su pasión y dedicación le valió una exposición individual en Caracas, Venezuela, titulada “Visión Intransferible”, ademas de ser la protagonista de la documental próxima a estrenar llamada El Laberinto de lo Posible.
A continuación encontrarás una pequeña selección de sus imágenes, pero si quieres saber más, no dudes en leer la entrevista de New York Times.


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